Temática a desarrollar:

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Cuaresma: comenzar y recomenzar

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1. Jesús en el desierto. Afán de conversión.

Sentido de la Cuaresma: ascensión hacia Jerusalén para celebrar la Pascua. Contemplar la Cuaresma a la luz de la Semana Santa y la Pascua: la obra de la redención y su celebración litúrgica. Jesús nos invita a ir con él al desierto, el lugar del silencio donde no hay ruidos que impidan oír la voz del Espíritu Santo. Momento especial para una nueva conversión. Seriedad en el examen de conciencia, transparencia para reconocer el pecado, volver a los brazos del Padre que nos espera. Espíritu de penitencia. Horror al pecado mortal, aborrecer el pecado  venial, por amor a Dios.

 

2. Las tentaciones de Jesús (Mt 4,1-11). Esperanza en la lucha interior.

«Cristo ha vencido al tentador en beneficio nuestro» (Catecismo de la Iglesia Católica, n. 540). Contemplar a Cristo, que se deja tentar y triunfa, nos llena de esperanza en nuestra lucha contra el pecado: «Reconócete a ti mismo tentado en él, y reconócete también vencedor en él» (San Agustín). Los enemigos del alma y los medios para vencerlos. Las tres concupiscencias. ¿Cómo superar la tentación? Imitando al Señor: oración, ayuno, vigilancia. Entregar a Dios un amor entero, por la templanza. El egoísmo: el yo está ocupando el puesto de Dios; ayuno del propio yo. Radicados y fundados en Cristo Jesús, roca de nuestra vida. Pedir fortaleza al Señor. No asustarnos ante las debilidades propias o ajenas. «A quienes les perdonéis los pecados» (Jn 20,23). Amar la Confesión frecuente. Dios nunca se cansa de perdonar.