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Álvaro administró su primer bautizo

Y en el Ateneo fue muy celebrado: lógico, pues está en el recuerdo de todos.



No tendría muchos más comentarios la administración de un Sacramento como es el Bautismo si fuéramos cualquiera de nosotros, los habituales en este Centro de formación para sacerdotes, quien lo hubiera hecho. Pero fue uno de aquellos jóvenes que formaban un grupo de candidatos al sacerdocio hace cinco años y acudían regularmente al Ateneo de Teología. Ahora Álvaro es diácono y está en la diócesis de Segorbe-Castellón. Al igual que Javier (diácono) está en el Castrense, Josef (en pocos días diácono también) en Augsburgo, y otros siguen acudiendo al Ateneo con el propósito de discernir sus vocación.

 

Pues eso. Álvaro hizo su primer bautizo y ahí están las imágenes. Al administrar el Sacramento no olvidó recordar a esa familia unas palabras de la Sagrada Escritura: “Tú eres mi Hijo, el amado, en ti me he complacido”, palabras del Cielo al recibir Jesús las aguas del Jordán y dar así el poder de santificar a todas las aguas con las que bautizamos a quienes se incorporan a la Iglesia. Y cuenta Álvaro: ¿queréis saber un secreto? Este Hijo amado somos tú y yo, cada uno de nosotros. Por medio del Bautismo comenzamos a formar parte de la familia de los hijos de Dios. Jesucristo, por su Pasión, Muerte y Resurrección nos introdujo en este precioso Misterio: somos por Él, con Él y en Él, hijos amados de Dios. Cada uno tenemos la misma y única relación con Dios Padre que tiene Jesús.

 

¡Álvaro! Pronto llega tu ordenación sacerdotal y una primera Misa en San Alberto Magno donde te iniciaste como monaguillo: ¡cuántas historias de monaguillos que hoy son sacerdotes!


José Ignacio Varela

Director del Ateneo de Teología



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