«Dilexi te»: Exhortación Apostólica sobre el amor hacia los pobres
- tonovelasco
- 19 oct
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DILEXIT TE, es el primer documento, digamos así, oficial, del Papa, en el que reflexiona sobre la importancia que tiene el amor a los pobres en la vida cristiana de cada día, y en el orden eclesial.

Evoca el compromiso de todos con los más necesitados, con las múltiples formas de pobreza: moral, material, social, y nos llama a vivir la pobreza como un signo que necesariamente debe hacerse presente en un mundo, el nuestro, tan lleno de formas distintas y variadas de poseer, guardar, gastar, etc. Un mundo rico en todo tipo de medios que ayudan a la felicidad temporal y lleno a la vez de quienes carecen de trabajo o no alcanzan a cubrir las necesidades más elementales de una persona.
En esta web del Ateneo de Teología nos hacemos eco de la aparición de esta Exhortación Apostólica que viene a recordarnos que todos estamos llamados a preocuparnos por los demás y asistirles en lo que necesitan.
Quienes confesamos la Fe en Cristo y en su mensaje en favor de los pobres nos conmueven todas las realidades sociales que ya existen y que contribuyen a sostener a los más necesitados. Las parroquias ofrecen formas variadas de salir al paso de las muchas necesidades que de hecho existen. Se podrían citar esas muchas maneras a nivel diocesano y parroquial; yo querría hacerme eco aquí de la Asociación Álvaro del Portillo que, colaborando en la Parroquia de San Ramón Nonato de Puente Vallecas, presta atención a muchos que carecen hasta de lo mínimo indispensable.
El documento del Papa está en la línea de continuidad marcada por su predecesor el papa Francisco. León XIV recibe esta herencia del Papa anterior que centró su pontificado en la necesidad de salir a la calle al encuentro de los más necesitados para asistirles, como un proyecto del que afirma “me alegra hacerlo mío”.
Todos los días rezo la oración para la devoción a San Carlo Acutis y casi sin querer me paro un breve instante en las palabras que se recitan “mira sobre todo a los pobres a los que él amó y ayudó” y así fue. Con sus pocos años acudía a acompañar a los pobres de la calle, les llevaba comida, o un saco de dormir para que tuvieran algo con que cubrirse y defenderse del frío que pudieran pasar. Ciertamente no iba a meter a todos los pobres de la calle de Italia en su casa pero al menos traducía en un gesto la necesidad de paliar en lo posible una lacra social existente difícil de erradicar y que debe de ser motivo de preocupación en primer lugar para las autoridades civiles que han de ser garantes de un recto orden social que es velar por el bien común.
Al leer la Exhortación puedo confirmarme en que el amor a los pobres no será nunca mera filantropía, sino expresión de fe: creer en el evangelio. Invito con estas palabras a quienes puedan leer esta nota que tomen esta práctica “leer el evangelio” como costumbre que arraigue en sus personas. “Pobres siempre los tendréis entre vosotros” decía el Señor como modo de hablar o dar respuesta a una crítica que le hacían los que se consideraban defensores de la ortodoxia doctrinal existente. Interpreto las palabras del Señor como llamada de atención a que no olvidaran que habrían de salir al paso de dar una solución a esta realidad. Cada vez que me encuentro con un pobre, de esto que vas por la calle y te pide, procuro ayudarle en lo que puedo y procuro también mirarle a los ojos como pedia el Papa Francisco. En algún caso son ellos los que te retiran la mirada o miran al suelo quizá porque su pobreza no es tan real y gastan lo que tienen en lo que no deben hacerlo … allá su conciencia -no me toca juzgar- si pueden tenerla.
Con todo, con el rico y variado lenguaje de Papa Francisco, de feliz memoria; y con el documento que ahora presentamos, no podemos olvidar que la Iglesia es rica en manifestaciones concretas y reales de ayuda a los necesitados como enseñan los santos recién creados San Carlo Acutis y San Piergiorgio Frassati y tantas instituciones eclesiales que han trazado una pauta para motivar a muchos a generar modos prácticos de ayudar a los más pobres. Siempre sentí un particular cariño y admiración a la Madre Santa Teresa de Calcuta, Fundadora de las Misioneras de la Caridad, que quería en todo momento llegar a los más pobres de los pobres que pudiera encontrar.
Pero respecto a la Exhortación que es a lo que vamos, algunos pensamientos nos sirven a todos en relación al documento del Papa León. El sentido cristiano que tiene la pobreza, recordando que no se trata tanto de una manifestación de filantropía cuanto de escuchar el grito de los pobres que claman porque se les haga caso.
La opción preferencial de Dios por los pobres como vemos en el Evangelio (basta leer el capítulo X del evangelio de san Lucas -precisamente hoy es su fiesta-) como expresión de la misericordia; el mismo Señor se nos presenta como modelo de cercanía y servicio y nos recuerda que el amor al prójimo es inseparable del amor a Dios, siendo las obras de misericordia criterio del Juicio Final.
La Iglesia, como ya se ha señalado, da testimonio a lo largo de su historia de las múltiples formas de manifestar el ejercicio de la Caridad. Ahora mismo no quisiera olvidar a las Hermanitas de los Pobres, sembradoras del Evangelio de la Caridad allí por donde trabajan o tienen una casa suya. ¡Que ejemplo de pulcritud, cariño y servicio vierten hacia los ancianos! Ojalá sigan apareciendo chicas jóvenes que sean continuadoras de este misterio pues al final lo es realmente.
La proyección social de este compromiso o servicio hace destacar la Doctrina Social de la Iglesia y el impulso que dio el Concilio Vaticano II. La denuncia de las estructuras que generan desigualdad y la atención que se debe prestar a los pobres reales que son testigos de un don que reciben de la Comunidad Eclesial. Me admiran, no puedo dejar de decirlo, las múltiples iniciativas sociales que el Opus Dei ha promovido, al igual que otras realidades eclesiales, en todo el mundo.
La necesidad de una nueva llamada a la conversión personal y comunitaria que recuerde que el cuidado de los pobres es una tarea permanente y cotidiana que nos incumbe a todos; también a los que sesgan la verdad sobre la práctica de la Caridad en el orden vital de toda sociedad.
En cualquier caso os animo a entrar en esta web en ACEPRENSA y leer lo que se escribe de modo resumido sobre DILEXIT TE. Y por supuesto a la lectura completa de la EXHORTACIÓN APOSTÓLICA.
José Ignacio Varela
Ateneo de Teología
