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José Manuel Horcajo presenta su nuevo libro en el Club Zayas.

“Diamantes tallados” recoge historias de mujeres luchadoras y es un ejemplo del espíritu sacerdotal de acogida y escucha propio del tiempo que vivimos.





Para nosotros, el Ateneo de Teología, que uno de los que venís por aquí presente un libro del que es autor es, naturalmente, un auténtico orgullo y nos produce una enorme alegría. José Manuel, ¡enhorabuena!

 

 Se anunció esta presentación. Me encaminé al Club Zayas, donde tendría lugar, y decía a quien me acompañaba, así sumamos presencia. No es nada normal que en una presentación de libro haya mucho público pero en este caso no fue así. Gran sorpresa al ver lleno el salón en que tendría lugar. Es cierto que el Club Zayas tiene nombre, está bien situado en la calle Príncipe de Vergara en pleno centro comercial, de negocios y de paseo de Madrid, reúne bastante gente por las múltiples actividades culturales que allí concurren y además José Manuel tiene amigos, muchos amigos. Todas estas razones servían para explicarse uno el alto número de asistentes.

 

La presentación a modo de coloquio, contaba también con la presencia de Isabel de Villota, responsable de los Hogares María de Villota, por los que han pasado en algún momento las mujeres cuyas historias se relatan en esta obra.

 

Palabra guiaba la presentación.

 

José Manuel explicó muy bien cómo este libro contiene siete historias de mujeres que se han convertido en “diamantes tallados” porque los golpes de la vida han logrado hacer de ellas, por medio de la guía experta de la mano divina, una joya maravillosa. Viven una vida sencilla, serena, y reconciliada con su pasado. Sus heridas son luminosas, Se han convertido ellas mismas en destellos de luz como los diamantes que, formados por carbono, recogen la luz y la emiten en brillos espléndidos. Ellas son sin duda un faro de esperanza, un resplandor en la oscuridad. No encontraremos en el libro ni biografías ni testimonios, sino unas confesiones al estilo de San Agustín explica el autor. En estas páginas veras la crudeza del pecado en el mundo, la gravedad de la oscuridad, y por supuesto, la salvación de Dios. Pero hace falta también descubrir, tratar de percibir, la acción del Espíritu a través de estas vidas heridas, en medio de la depravación, en medio de aquellas periferias que no nos gusta contemplar; que, cuando se nos anuncian, pasamos página, cambiamos de noticia, buscamos otra web o vamos a otra lectura. Yo mismo soy testigo: hace pocos días participaba en unos ejercicios espirituales. Hacía falta un libro de lectura y seleccionamos justo éste libro de José Manuel Horcajo. No duró mucho la lectura que se hacía en voz alta en los momentos de la comida o de la cena. No gustaba lo que se escuchaba. Algunos propusieron muy pronto cambiar la lectura. Era un lenguaje duro y difícil … ¿por qué leemos esto? Y sin embargo, sin darnos cuenta, insospechadamente, estábamos encontrando diamantes tallados que trataban de avivar en el corazón del lector el amor a la vida, porque aunque parezca a veces una apuesta imposible, inmerecida o inverosímil, el amor siempre está, siempre llega.





Hoy me alegra sacar a la luz esta noticia desde el Ateneo de Teología que muy bien conoces tú José Manuel. Me alegra porque pude comprobar en medio de tantos colegas nuestros que no es tan fácil alcanzar esas periferias que nuestro Papa Francisco nos propone. ¡No son nada fáciles! Hace falta Dios. Esta lectura es un recordatorio real, sin filtros de esa luz que escondemos, omitimos o hacemos desaparecer pero que en estos relatos consigue enseñar el camino a dónde lleva la fe y hace brillar lo que aparentemente son piedras en diamantes.

 

 Tsuneni puso un fantástico cierre a esta jornada.



José Ignacio Varela

Director del Ateneo de Teología


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