El pasado lunes 3 de julio, nos visitó don José Andrés Carvajal, nuevo vicario del Opus Dei para la delegación del este de Madrid. Murciano de origen, acaba de celebrar sus bodas de plata sacerdotales.
Ejerció durante varios años el cargo de custodio del Padre con monseñor
Javier Echevarría, circunstancia le permitió contarnos alguna anécdota bonita de su amor a los sacerdotes. Después ha trabajado en Ecuador como vicario regional de la Prelatura durante varios años. Nos explicó que es un país con mucha devoción popular católica y con una gente muy cariñosa. La labor de la Obra se va extendiendo poco a poco. Pudo estar muy cerca de los diversos centros, los
colegios, los obispos y sacerdotes, etc. Incluso en su despedida, durante la misa de
san Josemaría en la catedral, el arzobispo de Quito le dio las gracias en público por el trabajo sacerdotal que había desarrollado durante los años de estancia en ese
país de América. El Nuncio Apostólico de Su Santidad, que había presidido la
ceremonia, le invitó a regresar a la sacristía recorriendo la nave central para que los fieles que habían participado en la celebración pudieran saludarle. Todavía tuvo
tiempo para visitar al Presidente de la República, que le invitó al almuerzo al que
también asistió la primera dama de la Nación ecuatoriana.
Viene a Madrid con gran ilusión pues la labor de la Obra está muy desarrollada. Aunque lleva muchos años fuera de España, espera aclimatarse pronto.
También está contento de haber llegado a tiempo para acudir el próximo sábado día 8 a la Santa Misa de inicio de la misión como arzobispo de Madrid de monseñor José Cobo; así como a la Eucaristía que presidirá el nuevo arzobispo, el domingo 16, en la parroquia de San Alberto Magno, confiada a la Prelatura.
Antes de terminar la tertulia-encuentro que mantuvimos con él, nos invitó a rezar por el Padre, los frutos del reciente Congreso Extraordinario, celebrado en Roma, y el viaje pastoral que emprenderá en breve a varias países asiáticos del Pacífico y a Australia, tal como el mismo Prelado de la Obra recordaba en uno de sus últimos mensajes a todos los fieles del Opus Dei repartidos por todo el mundo.